miércoles, junio 30, 2010

GUTIERREZ MENOYO, EL OTRO COMANDANTE

Gutiérrez Menoyo, el Otro Comandante


Por: Rogelio Fabio Hurtado, periodista independiente



La intención de ofrecerle espacio dentro de Cuba al testimonio de este protagonista de la historia debió aplazarse hasta ahora, que la Primavera de Cuba, fiel a su promesa de darle espacio a todos, acoge a Eloy Gutiérrez Menoyo, el Otro Comandante

RFH: La primera vez que lo vi a Ud. fue en el comedor del Presidio Modelo, yo había ido a visitar a un primo, Armando González Rodríguez. Usted conversaba con su padre, en una mesa apartada del resto de la Visita…
EGM: En efecto. La única visita que tenía autorizada allí era la de mi padre. Fue una época muy dura esa en el Presidio. Son raros los que entonces estuvieron allí que no salieron lastimados, con mutilaciones serias.

RFH: Hubo un sargento a quien le decían “el hombre del brazo de oro”…
EGM: Sí. Eran unos genízaros. Todavía hay quien repite que en Cuba nunca se ha golpeado a un preso Vi en Presidio las golpeaduras, más de 400 hombres lesionados en un solo día. Yo mismo perdí la visión de un ojo y la audición de un oído.

RFH: Se decía que tanto Ud. como Huber Matos y Rolando Cubela recibían un tratamiento especial…
EGM: No, nada de eso. Es cierto que Huber y algunos otros presos, entre ellos yo, nos decían los presos de Fidel, pero esto no implicaba privilegio alguno, al contrario. Incluso para que nos llegase un libro, el Don Quijote, por ejemplo, debía ser autorizado por él. Los guardias decían que no se podía permitir que estudiásemos allí, porque éramos sus enemigos.

RFH: ¿Usted cumplió su condena íntegramente?
EGM: No. Estuve condenado a 55 años, los 30 iníciales y 25 más que me agregaron por el camino. Cumplí 22 gracias a la gestión del gobierno español de Felipe González.

RFH: ¿Por qué no fue incluido en la amnistía de 1978?
EGM: Ya en el Combinado del Este, el presidente Carter había pedido mi libertad e iba a ser efectivamente puesto en libertad, pero se produjo un equívoco muy lamentable. Un periodista de un canal de TV de Miami, Tirso Pimentel, se metió confundido en un salón del Combinado del Este, en una conferencia de prensa mía, creía que quien iba a hablar allí era Fidel, y entonces dije que para soltar a los presos políticos no hacía falta ningún tipo de diálogo, Pimentel lo filmó y se difundió y esta declaración no le gustó nada al Gobierno cubano. Fidel se molestó y esto me costó 7 años más de cárcel. Tanto el Papa Juan Pablo II como Carlos Andrés Pérez y Adolfo Suárez habían abogado en vano por mi liberación. Carter me había envió un recado, prometiéndome que, de ser reelecto en 1980, la gestionaría. Finalmente pude salir de la prisión en diciembre de 1986.

RFH: Ud. fue fundador de Alpha 66, que promovía la lucha armada. Al salir de la cárcel, más de 20 años después, sale como un convencido promotor de la reconciliación nacional, ¿Cómo explica esa evolución?
EGM: Efectivamente, fundé Alpha 66, junto a Antonio Tony Veciana. Quiero aclarar que no era una organización terrorista. Intentábamos derrocar al régimen mediante la acción armada directa, infiltraciones, acciones comandos, convencidos de la necesidad de impedir la permanencia de un sistema comunista. Creía en la Revolución de 1959, cubana como las palmas, que sería capaz de darle al pueblo libertad con pan y pan sin terror, palabras del propio Fidel. Creí en esa Revolución y aún creo en ella. Yo no soy el disidente de esa Revolución, sino Fidel Castro. Lo discutimos en 1995, cuando me reuní con él. Me dijo que seguía creyendo en esa Revolución, y cuando le pregunté por qué entonces no la replanteaba, me alegó que la hostilidad sistemática de Washington se lo impedía.

RFH: Argumento que Ud. no comparte…
EGM: Por supuesto. Fidel hizo su revolución, no la que el pueblo quería. No creo que pueda convencerme de que el comunismo totalitario de Estado pueda imponerse sin el terror sistemático, incompatible con la libertad. Confunden maliciosamente socialismo con comunismo. Un socialismo auténtico jamás le hubiese impuesto al ciudadano el apartheid turístico, ni sería incompatible con la propiedad cooperativa.

RFH: A su regreso a Cuba, en 2003, Ud. tomó distancias respecto a la disidencia interna y en ocasiones ha sido duro al juzgarlos. Tras más de 5 años en Cuba ¿ha modificado su criterio respecto a ellos?
EGM: Soy un opositor independiente, respeto la posición de todo el mundo, a condición de que respeten la mía. No sirvo para ser agente de nadie. Pude haber sido el “golden boy” de los Estados Unidos, y lo he rechazado. Creo en la democracia y en la diversidad. He declarado en el Senado norteamericano, cara a cara frente al Sr. Helms, que la Ley promovida por él y por el Sr. Burton ofende a los cubanos y a la comunidad internacional.

RFH: ¿Es cierto que el norteamericano William Morgan, también comandante del Escambray, era un agente CIA?
EGM: Eso es mentira. William Morgan muere amando a este país, casado con una cubana. El fracaso de la expedición trujillista lo dirigí yo, con él a mi lado. De haber sido Morgan un hombre de la CIA, Trujillo se hubiese enterado y no la hubiese enviado. La esposa nunca ha recibido en los Estados Unidos ninguna pensión, que de haber sido efectivamente él un agente, como veterano caído en acción no le hubiese faltado. Cuando lo detienen, dirigía una recría de ranas, no alzado. Entonces, Fidel me dijo que no me preocupara de eso, pero tan pronto salí de Cuba lo fusilaron. Acusarlo de ser de la CIA fue la excusa para fusilarlo. Si aceptas que no era un agente, entonces tendrían que explicar por qué lo fusilaron.

RFH: ¿Ha leído el libro acerca de los últimos días de Batista en Cuba? Viejos adversarios políticos suyos se quejaron del enfoque que los autores hacen de Ud. ¿Está al corriente?
EGM: Fui a la presentación del libro y me lo han leído. Creo que es un libro escrito con una voluntad de fidelidad a la verdad admirable. Se ha publicado recientemente uno acerca de la conspiración trujillista, donde se me excluye y se falsea la historia. El autor ni siquiera se interesó por escuchar mi testimonio. Los historiadores del porvenir tendrán que deshacer esas patrañas. Lo mismo ocurre con el asalto al Palacio Presidencial, que se le atribuye exclusivamente al Directorio, cuando en realidad fue una operación independiente, dirigida por tres personas, mi hermano Carlos, que era el jefe militar, Menelao Mora, el político y José Castellanos Valdés. Algo parecido han hecho con el panteón en el cementerio, que era de los caídos en aquella acción y ahora es del Directorio y se han enterrado allí gente que no tuvo nada que ver con el Asalto. Lo otro no lo sabía, pero no me extraña. Faure siempre ha tenido psicosis conmigo.

RFH: ¿Es cierto que en la última Reunión de la Nación y la Emigración en la que Ud. tomó parte tuvo una confrontación con el entonces Canciller Robaina, quien no lo dejó hablar?
EGM: Nunca choqué con Robaina. En la primera Conferencia no vine, mandé una delegación presidida por mi hija, Patricia, quien fue portadora de una petición dirigida a Fidel, para que me concediera una entrevista, la que efectivamente sostuvimos en 1995 y ya la he mencionado. Siempre que me ha tocado el turno de hablar, he dicho lo que he entendido pertinente. En las últimas, no he participado porque ya vivo en Cuba. No me he perdido nada nuevo.

RFH: ¿Cuál es su status legal en Cuba hoy?
EGM: Soy un residente en el exterior que vive en Cuba hace siete años. Cada dos años, debo renovar mi visa. No tengo libreta de abastecimientos ni Carné de Identidad.

RFH: ¿Conserva alguna esperanza en que el General Presidente promueva algún cambio?
EGM: Quiénes detentan el poder hoy en Cuba no quieren ceder ni un ápice, temen que alguien les presente competencia. Lo único que les interesa es conservar su poder personal. Les importan muy poco las penurias del pueblo cubano.

RFH: ¿Podría darnos su criterio acerca del exilio cubano de Miami?
EGM: La mayoría del exilio es civilizado, sensato, pero el poder económico está en manos de una minoría recalcitrante, que no quiere ningún cambio en Cuba, porque su opción es la misma de hace 50 años, una intervención directa de los norteamericanos, algo que hace muchos años es imposible. Diría que la situación cubana está atrapada entre dos minorías extremistas, que parecen oponerse pero en el fondo se complementan.

RFH: ¿Cree que aún hay futuro para la reconciliación nacional? ¿Cómo podría aprovecharse la presidencia de Obama a esos efectos?
EGM: La reconciliación es una necesidad de la sociedad y de la familia cubana. No que todos estemos de acuerdo en los métodos ni en someternos a una unidad excluyente, sino que todos estemos dispuestos a respetarnos y a dialogar para encontrar juntos el mejor porvenir para Cuba. Debe ser una cuestión de todos los cubanos. No veo por donde podría relacionarse con Obama. En todo caso, sería positivo el intercambio entre ambos gobiernos. Lamentablemente, el Gobierno cubano está acostumbrado a pedirlo todo y no dar nada a cambio.

RFH: Hábleme del Escambray, del Che.
EGM: Para Ernesto Che Guevara la llegada al Escambray fue una sorpresa. Él tenía conciencia de que después de las penurias pasadas en la travesía, llegaría a extensas zonas liberadas por nuestro II Frente Nacional del Escambray, nunca calculó que la provincia entera estaba bajo nuestro control y que todos los territorios podían considerarse liberados, razón por la cual no tuvo ni que adentrarse en las montañas, y al ver el proceso tan avanzado comprendió que ni siquiera la tropa de Camilo Cienfuegos tenía necesidad de dirigirse hacia Pinar del Río, como les había ordenado Fidel. Las condiciones estaban creadas por el II Frente para que juntos pudieran darle el puntillazo final a la dictadura batistiana. El Che pretendía controlarlo todo, por lo cual surgieron algunas mínimas contradicciones entre nosotros, principalmente creadas por las intrigas de los miembros del PSP que lo acompañaban.

RFH: ¿Cómo valora el sacrificio de Orlando Zapata Tamayo?
EGM: Merece todo mi respeto y valoro altamente su sacrificio. Como preso pasé por muchas huelgas de hambre y sé lo que ellas significan Me hubiera gustado que él hubiese comprendido la falta de sensibilidad de este gobierno y que se hubiese dado cuenta que podía ser más útil vivo que muerto. Esto vale también para Guillermo Fariñas.

RFH: Un mensaje para las Damas de Blanco.
EGM: Le digo sencillamente que su actitud es digna de admiración y que no desmayen en su empeño, puesto que las asiste toda la razón y la moral para batallar por la libertad de los suyos Todos nacemos iguales en dignidad y en derecho. Si los familiares de los 5 tienen el derecho de batallar por su libertad, a las Damas de Blanco les asiste ese mismo derecho. Así que tienen todo mi respaldo y espero que pronto puedan abrazar a los suyos. En ningún sitio del mundo deberían existir presos por delitos de opinión ni de ideología.

RFH: ¿Qué opinión le merece la situación actual de Cuba?
EGM: Fidel sigue al frente del Partido y es quien determina. Los cambios vendrán cuando el pueblo se decida a perder el miedo y diga ¡Basta! ■


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