martes, julio 21, 2009

UNA TERRIBLE INGRATITUD AGRESIVA, MUY PREOCUPANTE

Una terrible ingratitud agresiva, muy preocupante
Por Félix Sautié Mederos.
E-Mail: fsautie@yahoo.com


En los últimos días, se ha producido una conmoción en los medios católicos habaneros y en el pueblo en general con motivo del cruel asesinato del conocido y respetado sacerdote Mariano Arroyo, en su parroquia del municipio de Regla, que se alza junto a la Bahía de La Habana y es muy conocida por su santuario erigido a la Virgen de Regla que en la santería cubana, sincrética y tradicional, se identifica con la deidad de las aguas significada por su nombre yoruba de “Yemayá”. El padre Mariano fue un estudioso de la santería cubana y de los cultos populares, y amigo de todos ellos.

De primer momento, la noticia no ha sido divulgada por la prensa oficial pero se comunicó de persona a persona. No obstante, en La Habana e incluso en el resto del país, tal y como se conocen muchas cosas que no se anuncian en nuestra sociedad, el pueblo lo comenta en las casas, en sus centros de trabajo, en las calles, en las colas de los ómnibus y en los más variados lugares de reunión. Estos hechos se transmiten de boca a boca. El padre Mariano apareció en su parroquia acuchillado e incluso se plantea que estaba amarrado en las manos, amordazado y que le habían quemado los pies y las manos con huellas de haber sido torturado, según lo expresan las versiones que circulan y las informaciones de la prensa extranjera.

El Arzobispado de La Habana, por su parte, ha dado a conocer a la prensa acreditada escuetos comunicados sobre este crimen circulados por correo electrónico. De inicio, se informó de forma textual que “Los primeros informes indican que el sacerdote, de origen español, fue asesinado”, posteriormente en otro comunicado de la Iglesia, se dio a conocer que el asesino había sido apresado, pero sin informar los móviles verdaderos, lo que aún es causa de las más diversas conjeturas y preocupaciones, que se continúan comentando en la población porque es algo muy grave que requiere de un mayor esclarecimiento público. Esa última nota del Arzobispado fue publicada definitivamente en la prensa local del domingo, lo que considero importante.

Todo esto es muy triste para la población que se siente consternada por un hecho de esa naturaleza. Lo peor del asunto es que Mariano Arroyo ha sido el segundo cura asesinado con ensañamiento y métodos evidentemente profesionales en cinco meses. El primero fue el padre Eduardo de la Fuente, también español y amigo cercano del padre Mariano, que fue quien lo animara a venir a Cuba. En el último comunicado de la Iglesia, se informa que el asesino de Eduardo de la Fuente ya fue apresado también.

Son crímenes horrendos que, aunque se plantea en las notas eclesiásticas que no tienen relación uno con el otro, nos han herido en lo más profundo y no los podemos entender si no se esclarecen los móviles de ambos, aunque se plantee que ya están resueltos y se critique a los que hacen análisis e informaciones al respecto, porque barruntan muy pérfidas intenciones y aún peores cosas si no son debidamente esclarecidos. En mi criterio es peor la falta de información y el secretismo porque devienen causa de las más diversas bolas que circulan en algunos sectores de La Habana y que, incluso, algunas extremadamente pérfidas e injustas dañan la imagen de las víctimas que fueron personas entregadas a su ministerio.

En toda la historia de Cuba, jamás se había reportado asesinatos de sacerdotes y mucho menos en tan crueles circunstancias. Estoy de acuerdo con que en Cuba no existen sentimientos contrarios a los sacerdotes, ni con los españoles, eso es una verdad, pero tengo un dolor profundo y muchas preocupaciones por todo esto. Yo fui amigo del padre Mariano y conocí al padre Eduardo, así como también soy muy cercano de otro cura amigo de ellos, el padre Isidro Hoyos que vino a trabajar a Cuba estimulado por Mariano Arroyo, y que ha planteado declaraciones a la prensa extranjera de que se siente muy asustado por su cercanía y amistad a los dos asesinados; creo que esto debería tenerse muy en consideración en vez de reprobarlo de forma indirecta.

En ocasiones compartí con el padre Mariano cultos y actividades socio-políticas que me permitieron evaluar positivamente su actitud honesta, progresista, entregada y evangélica. No hay razón para que se asesine a nadie en tan crueles circunstancias, pero en el caso de Mariano, por su entrega y su cercanía a la población pobre de La Habana, debo añadir que su muerte significa, a mi criterio, además, una terrible ingratitud agresiva muy preocupante que como precedente amenaza a muchos más.

José Martí dijo que ver un crimen en silencio es tanto como cometerlo. Los sentimientos que muchos experimentamos por estos hechos son muy fuertes y no deberían ser ocultados por ninguna instancia, hay cosas que no pueden administrarse ni mucho menos tratar de ahogarlas de manera burocrática. Dejo testimonio de mi indignación, de mi dolor y de mi denuncia; confío en que, en definitiva, se tenga en cuenta todas las circunstancias y espero que, crímenes como estos, no se repitan. Publicado en Por Esto! , el lunes 20 de julio del 2009.

http://www.poresto.net/opiniones/45930-una-terrible-ingratitud-agresiva-muy-preocupante

No hay comentarios.: