jueves, abril 30, 2009

LA REVOLUCION SOCIAL EN CHICAGO

Fragmentos del articulo que escribio Jose Marti sobre los "Martires de Chicago
Publicado por Hector Garcia Soto. en ocasion del 1ro. de Mayo
Nueva York, Noviembre 13 de 1887.
Senor director de la Nacion:
Ni el miedo a las justicias sociales, ni la simpatia ciega por los que las intentan,
debe guiar a los pueblos en sus crisis, ni al que las narra. Solo sirve dignamente a la libertad el que, a riesgo de ser tomado por su enemigo, la preserva sin temblar
de los que la comprometen con sus errores.
No merece el dictado de defensor de la libertad quien excusa sus vicios y crimenes
por el temor mujeril de parecer tibio en su defensa. Ni merecen perdon los que,
incapaces de domar el odio y la antipatia que el crimen inspira, juzgan los delitos
sociales sin conocer y pesar las causas historicas de que nacieron, ni los impulsos de generosidad que los producen.
En procesion solemne, cubiertos los feretroa de flores y los rostros de sus sectarios
de luto, acaban de ser llevados a la tumba los cuatro anarquistas que sentencio
Chicago a la horca, y el que por no morir en ella hizo estallar en su propio cuerpo
una bomba de dinamita que llevava oculta en los rizos espesos de su cabello de joven,
su selvoso cabello castano.
Tres voces nada mas habian osado hasta entonces interceder: Howells, el novelista
bostoniano que al mostrarse generoso sacrifico fama y amigos; Adler, el pensador
cauto y robusto que vislumbra en la pena de nuestro siglo el mundo nuevo, y Train,
un monomaniaco que vive en la plaza publica dando pan a los pajaros y hablando con
los ninos.
Ya en danza horrible, murieron dando vueltas en el aire, embutidos en sayones blancos. No lo decia Desmoulins? Con tal de abrazar la libertad, que importa que sea
sobre montones de cadaveres?
Sus discursos, aun leidos, despiden centellas, bocanadas de humo, alimentos a medio
digerir, vahos rojizos.
Este mundo es horrible: ! creese otro mundo ! como en el Sinai, entre truenos: como
en el Noventa y Tres, de un mar de sangre, ! mejor es hacer volar a diez hombres con
dinamita, que matar a diez hombres, como en las fabricas, lentamente de hambre !
En romeria van los abogados de la defensa, los diputados de los gremios obreros, las
madres, esposas y hermanas de los reos, a implorar por su vida en recepcion interrumpida por los sollozos ante el gobernador. ! Alli, en la hora real,se vio
el vacio de la elocuencia retorica! !Frases ante la muerte! Senor dice un obrero,
condenaras a siete anarquistas a morir porque un anarquista lanzo una bomba contra
la policia, cuando los tribunales no han querido condenar a la policia de Pinkerton
porque uno de sus soldados mato sin provocacion de un tiro a un nino obrero?
Al fin del corredor se levantaba el cadalso..!Oh, las cuerdas son buenas, ya las
probo el alcaide! El verdugo halara, escondido en la garita del fondo, de la cuerda
que sujeta el pestillo de la trampa.
En el aire espeso y humedo chisporrotean, cocean, bloquean las luces electricas.
Inmovil sobre la baranda de las celdas, mira el cadalso un gato...cuando de pronto
una melodiosa voz, llena de fuerza y sentido, la voz de uno de estos hombres a
quienes se supone fieras humanas, tremula primero, vibrante enseguida, pura luego
y serena, resono en la celda de Engel, que, arrebatado por el extasis, recitaba
"El Tejedor" de Henry Keine, como ofreciendo al cielo el espiritu, con los dos
brazos en alto:
Con ojos secos, lugubres y ardientes, rechinando los dientes, se sienta en su telar
el tejedor.
!Germania vieja, tu capuz surcimos! Tres maldiciones en la tela urdimos; !Adelante,
adelante el tejedor!
!Corre, corre sin miedo, tela mia! !Corre bien noche y dia, tierra maldita, tierra
sin honor! Con mano firme tu capuz surcimos, Tres veces, tres, la maldicion urdimos;
!Adelante, adelante el tejedor!
(Continuara)...








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