lunes, marzo 31, 2008

OCURRENCIAS # 6- DE UN CUBANITO DE A PIE

OCURRENCIAS # 6-De un cubanito de a pie

Por Marcelo Sánchez

Se me ocurre que para entender cuanto acontece en la Cuba de hoy y contribuir a su ulterior desarrollo es preciso antes que todo identificar las coordenadas que marcan los "antiguos límites" de la dignidad nacional y las claves que rigen la dinámica del actual proceso de rectificaciones y de cambios asumido por el nuevo gobierno que encabeza Raúl Castro Ruz con el apoyo mayoritario del pueblo expresado recientemente en las urnas.

Los que se han dejado confundir por los embelecos mediáticos de la reacción debieran recapacitar y abrir ojos y oídos ante la realidad de cuanto viene aconteciendo en Cuba para bien y probablemente seguirá ocurriendo en el mediano y largo plazo.

Soy de los que creen que no existen razones para suponer que Cuba pueda ser rendida por las serias y muy complejas dificultades a enfrentar y resolver ahora en medio del acoso imperial, los apremios de las necesidades que nadie niega y múltiples factores internos que retardan los avances y reducen el paso de carga que las circunstancias demandan.

Cuba no renunciará jamás al socialismo, al contrario, asume el reto histórico de aligerarlo de lastres onerosos para reconstruir el viejo imaginario de una sociedad más justa, de paz y libertad (no libertinaje) en el contexto de la más amplia solidaridad humana que exprese a la república cordial soñada por Martí, con todos y para el bien de todos, donde la justicia alcance la altura de las palmas y todo hombre pueda ser honrado al pensar y decir con cabeza y labios propios sin correr el riesgo de ser descalificado como revolucionario o condenado al ostracismo político.

¿Quién puede negar -excepto los nostálgicos de estructuras caducas- que en Cuba hoy los cambios y las rectificaciones están ocurriendo en calma, con sabiduría y prudencia?

Que falta mucho por hacer y persisten las carencias, obstáculos y desencuentros es cierto. Que es necesario acelerar el paso para vestir de domingo a la nación también es cierto. Que en todo proceso de cambios aparece la inercia en el plano físico, y en el otro cierto temor a equivocarse, a lo desconocido ¿quién lo duda?. Pero todos sabemos que para cruzar el río hay que entrar en el agua y mojarse el de atrás.

Por eso puede uno sentirse tranquilo y confiado. Todo lo que debe y pueda ser cambiado se cambiará, incluso cambios de carácter estructural que son palabras mayores. Nada espectacular. Ninguno es mago para andar sacando conejos del sombrero vacío. Primero lo más simple, lo complejo después. Sin aventurerismos de principiantes y menos ponernos como buen burócrata a dormir la siesta en horas de trabajo.

Mucho dependerá de factores externos, ajenos a la voluntad propia. Otro mucho dependerá de la disciplina laboral y de la productividad de cada uno, del jaque mate a la corrupción rampante y de ser capaz de rescatar la ética sumergida en el fondo del Periodo Especial.

Nada será fácil y habrá que poner las manos en el arado y avanzar sin volver la vista atrás. Pero de situaciones peores los cubanos han sabido emerger victoriosos y con la verguenza intacta. ¿Por qué no ahora?

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