miércoles, enero 23, 2008

LIBERTAD INTERIOR

DE CARLOS ALBERTO LEUS GONZALEZ
MEXICO

Libertad interior
Tendido en el piso de un cuarto de 2m por 2m, desnudo, con la cara contra el suelo, adolorido por los golpes, no responde, ni se mueve durante el día… sus secuestradores temiendo que muera antes de que llegue el rescate si sigue así, le ofrecen la bebida que él quiera. Escoge un whisky. Será el único gusto que tenga desde aquel día terrible que quisiera borrar de su vida. Lentamente se incorpora, lo huele, piensa darle un trago y curarse algunas heridas con él.De repente, una voz interior le dice, déjalo, no lo bebas. ¡¿Cómo?!! ¡¿Dejar lo único que tengo en estos momentos?!! La voz le responde: “lo otro te lo quitaron, no lo diste libremente…” Sin querer ser visto por la cámara hace a un lado la bebida para derramarla. Regresa a su postura original y se duerme apesadumbrado…Al día siguiente se despierta con un poco más de ánimo: ¡ha sido capaz de realizar un acto libremente aún en esas circunstancias! Esto le regresa su valía como persona. Aunque lo tengan cautivo, aunque le hayan quitado todo, una cosa no le pueden arrebatar: su libertad. De él depende cómo vivir aún en esas condiciones tan atroces. En ese momento decide cambiar. Pide el material necesario para limpiar su celda. Si ha de estar ahí, lo hará con dignidad. Se organiza un horario, y empieza a salir adelante. Esta actitud fue la que le ayudó a no hundirse durante esos largos meses de encierro.Cinco años después, en plena libertad, regresa muy tarde a casa del trabajo. Lleva varias semanas así. El negocio roba toda su atención y apenas tiene tiempo para la familia. Su mujer lo aguarda y le muestra un video. Se trata de una de las grabaciones que habían enviado a la familia, durante su cautividad, para pedir el rescate. Él la mira y no entiende. Ella le dice: “este hombre que está en la grabación era más libre que el que ahora tengo frente a mí. El otro sabía lo que quería, y aunque encerrado, tenía paz interior, en cambio ahora, las circunstancias están llevando tu vida y ya no sabes a dónde vas. Piensa bien si así es como quieres vivir”.Esta experiencia que cuenta Bosco Gutiérrez sobre su secuestro ayuda a comprender que la verdadera libertad no radica en la falta de ataduras exteriores. Si bien es cierto que la libertad de movimiento y de expresión son necesarias, más lo es todavía esa otra libertad interior que permite a la persona no sólo hacer cosas, sino ser la persona que quiere ser.Este segundo tipo de libertad no se da por decreto, sino que se ha de ganar día a día con el propio esfuerzo. Es una conquista que se da en el interior de la persona. No es una tarea fácil, y muchos sucumben en el intento. Existen cadenas invisibles que nos atan y esclavizan sin darnos cuenta. Muchos, al confundir la libertad con la “ausencia de límites”, caen sin darse cuenta en diversas adicciones, ya sean al alcohol, a la droga, al juego, al sexo, o al cuidado de la propia imagen, perdiendo su libertad interior, quedando atrapados en comportamientos muchas veces dañinos para su salud y en ocasiones para su vida familiar y social. Otras cadenas muy sutiles pero difíciles de vencer se encuentran en la opinión de los demás. Lo que los otros piensan, lo que dicen los medios masivos de comunicación, lo que aparece en las películas o lo que se canta en las canciones, termina por modelar tantas vidas sin siquiera habérselo planteado. Este tipo de cadenas nos acechan a todos, pero los jóvenes y adolescentes son especialmente vulnerables a ellas por la falta de experiencia, y por la necesidad de encontrar su seguridad en algún lugar ahora que se están independizado de sus mayores. Ante esta realidad, es importante replantearse el papel tan importante que juega la educación para la libertad. No es suficiente con impartir clases de civismo ni de ética. Es necesario equipar a las generaciones jóvenes de principios claros que puedan interiorizar y que les permitan discernir nítidamente entre lo que está bien y lo que está mal; y de una voluntad férrea que les ayude a vencer las ataduras internas del capricho, del mal humor, de las emociones de un instante, de las incitaciones a los vicios. Un gran ideal en la vida, ayuda a mantener la mirada fija en una meta que sirva de motivación para vencer las dificultades internas y externas que se nos presenten en su consecución. Esto es imprescindible en la vida de cualquier joven, si realmente queremos ayudarle a ejercitarse en su propia libertad.A Bosco Gutiérrez le gusta contar la historia de su secuestro porque le recuerda el valor de su libertad interior. Su libertad exterior no dependía de él, la interior, sí. La primera la consiguió después de nueve meses de lucha; la segunda es conquista de toda una vida. La mayoría de nosotros gozamos de libertad externa, pero no todos de la interna. A nuestros jóvenes los hemos de preparar para librar esta batalla, es el mejor legado que les podemos dejar


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