viernes, junio 15, 2007

DE" LA HISTORIA ME ABSOLVERA"

FRAGMENTOS DEL DOCUMENTO
"LA HISTORIA ME ABSOLVERA"
DR. FIDEL CASTRO RUZ


"En primer lugar, la dictadura que oprime a la nación no es un poder constitucional, sino inconstitucional. Constitución legítima es la que emana directamente del pueblo soberano, está considerado el caso de una república regida por un poder legislativo, un poder ejecutivo y un poder judicial que se equilibran y contrapesan unos a otros.

Los militares están padeciendo una tiranía peor que los civiles. Se les vigila constantemente y ninguno de ellos tiene la menor seguridad en sus puestos; cualquier sospecha injustificada, cualquier chisme, cualquier intriga, cualquier confidencia es suficiente para que los trasladen, los expulsen o los encarcelen deshonrosamente.

La política cubana tiene que ser de estrecha solidaridad con los pueblos democráticos del continente y que los perseguidos políticos de las sangrientas tiranías que oprimen a las naciones hermanas encontrarían en la patria de Martí, no como hoy persecución, hambre y traición, sino asilo generoso, hermandad y pan. Cuba debía ser baluarte de libertad y no eslabón vergonzoso de despotismo.

Cuba podría albergar espléndidamente una población tres veces mayor; no hay razón, pues para que exista miseria entre sus actuales habitantes. Los mercados debieran estar abarrotados de productos; las despensas de las casas debieran estar llenas; todos los brazos podrían estar produciendo laboriosamente. No, eso no es inconcebible.

La ciudadanía acaba de contemplar horrorizada el caso del periodista que estuvo secuestrado y sometido a torturas de fuego durante veinte días por los esbirros de esta dictadura, que no cabe compararla con ninguna otra por lo baja, ruin y cobarde, secuestran, torturan, asesinan y después culpan canallescamente a los adversarios del régimen.

Cuba está sufriendo un cruel e ignominioso despotismo, y vosotros no ignoráis que la resistencia frente al despotismo es legítima: éste es un principio universalmente reconocido.

El derecho de rebelión contra el despotismo, señores magistrados, ha sido reconocido desde la más lejana autoridad hasta el presente, por los hombres de todas las doctrinas, de todas las ideas y todas las creencias.

En la Edad Media, Juan de Salisbury en su libro de hombre de Estado dice que cuando un príncipe no gobierna con arreglo a derecho y degenera en tirano es lícita y está justificada su deposición violenta. Martin Lutero proclamó que cuando un gobierno degenera en tirano vulnerando las leyes, los súbditos quedan liberados del deber de obediencia. Calvino, el pensador más notable de la reforma desde el punto de vista de las ideas políticas, postula que el pueblo tiene derecho a tomar las armas para oponerse a cualquier usurpación.

La Declaración de Independencia del Congreso de Filadelfia el 4 de julio de 1776 consagró este derecho en un hermoso párrafo que dice: "Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales; que a todos les confiere su Creador ciertos derechos inalienables entre los cuales se cuentan la vida, la libertad y la consecución de la felicidad; que para asegurar estos derechos se instituyen entre los hombres gobiernos cuyos justos poderes derivan del consentimiento de los gobernados; que siempre que una forma de gobierno tiende a destruir esos fines, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios y organice sus poderes en la forma que a su juicio garantice major su seguridad y felicidad."

Pero hay una razón que nos asiste más poderosa que todas las demás: somos cubanos y ser cubano implica un deber. No cumplirlo es un crimen y es traición. Vivimos orgullosos de la historia de nuestra patria: la aprendimos en la escuela y hemos crecido oyendo hablar de libertad, de justicia y de derechos, Se nos enseñó que el Titán había dicho que la libertad no se mendiga. Escribió el Apóstol en su libro La edad de oro: "Un hombre que se conforma con obedecer a leyes injustas, y permite que pisen el país los hombres que lo maltratan, no es un hombre honrado".

Todo eso aprendimos y no lo olvidaremos aunque hoy en nuestra patria se esté asesinando y encarcelando a los hombres por practicar las ideas que les enseñaron en la cuna".

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