sábado, mayo 26, 2007

UN JOE INTELIGENTE

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Alvaro con Lupa

Un Joe inteligente cambia de rumbo valerosa y correctamente
Gracias a Progreso Semanal y Ålvaro F. Fernández por permitirnos publicar este artículo


Por Álvaro F. Fernández

A principios de 2004 me invitaron a Washington, D.C. para visitar a gente cercana a la campaña presidencial de John Kerry. Ellos habían leído un artículo cáustico que yo había publicado en Progreso Semanal acerca de la campaña del Senador y su tímida relación con los electores cubano-americanos de Miami.

Un año después, y más de 12 meses antes de la campaña por la gubernatura de la Florida en 2006, viajé a Tampa para visitar a miembros de la campaña de Jim Davis para gobernador. Debo haber sido convincente (también llevé cifras de encuesta para enseñarles), porque unos meses más tarde un amigo y yo tuvimos la oportunidad de asistir a una cena privada en Soyka’s de Miami con el Representante Davis. Nuestro consejo aquella noche fue el mismo que entregué a la gente de Kerry: “Su mensaje a los electores cubano-americanos”, le dijimos a Jim Davis, “tiene que cambiar si usted quiere atraerlos, entusiasmarlos y convencerlos de que voten por usted. También dijimos a Davis que los que pudieran sentirse insultados o indignados debido a su “mensaje acerca de Cuba”, de todas maneras nunca votarían por él.

Ambos bandos estuvieron de acuerdo conmigo y me informaron que en esta oportunidad la campaña para atraer los electores cubano-americanos sería diferente. En definitiva, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Y los cubanos de la “derecha dura” en Miami tienen la forma de influir en los políticos --a veces con dinero, otras veces atemorizándolos. El hecho es que ninguno de los dos ganó su eleccion. A ninguno le fue muy bien con los cubanos y otros electores latinos del estado. Y ninguno siguió mi consejo, y el de muchos otros, que sencillamente creen que no está bien y es inmoral dividir a las familias y restringir su derecho a ayudar y ver a sus familiares.

Lo cual me lleva al caso de Joe García, que recientemente ha sido elegido presidente del Partido Demócrata en el condado Miami-Dade. García es también director de NDN (Nueva Red Demócrata), una organización centrista de defensa que, entre sus proyectos prioritarios, está buscando la manera de comunicarse más eficazmente con los latinos en todo el país.

Joe García es un hombre inteligente. Como presidente del Partido Demócrata aquí en el condado de Miami-Dade no va a lanzarse de cabeza a un proceloso mar político sin una buena razón. Es por eso que creo que Joe García ha estudiado el presente y ha mirado hacia el futuro cercano, y sus más recientes saltos políticos no son saltos de fe, sino saltos dados por un político práctico.

Sépase también que García ha demostrado ser una persona valiente. Si se vive y trabaja en Miami, uno no se enfrenta a la “derecha” cubana sin pagar un precio. Supongo que García decidió que sus acciones valen la pena. Pero incluso así, no todos los que viven aquí tienen el coraje de pagar el precio del éxito --si se trata de la política cubana en Miami.

Joe García está en el camino correcto. Es una de las muchas razones que molestan a muchos que alguna vez se consideraron amigos suyos. Y estemos de acuerdo o no con él en muchas cosas, García está llevando la “política de Cuba” en Miami en una dirección hacia la que nunca ha ido.

Fíjense, lo está haciendo desde una muy firme posición en contra de Castro. Es una visión que no es bien aceptada por la mayor parte de los políticos de café con leche de la Calle 8, guerrilleros radiales y publicistas que se hacen pasar por periodistas: una estrategia que no cabe en la entrada de tamaño dedal dominada por el dinero de Washington y una actitud inflexible, no importa el costo para todos menos para su grupo de los que están tras el dinero.

Como líder del Partido Demócrata, García ha sido uno de los primeros en declarar lo que para algunos ha sido evidente durante años: es hora de cambiar nuestra política hacia la isla. Es interesante saber que la actitud de enfrentarse a viejas ideas preconcebidas fue iniciada por Joe García cuando George W. Bush impuso las restricciones a los viajes en contra de la familia cubana en junio de 2004.

¿Y ahora qué?

Las cifras de las encuestas demuestran que el tema de la familia supera al del desdén de los cubanos exiliados de Miami por Fidel Castro. A estas alturas, la mayoría ya dice que está mal limitar las visitas familiares a una cada tres años, sin margen siquiera para las peores emergencias. Esas cifras solo pueden crecer.

Así que no creo que Joe García, por ejemplo, en su papel de líder del Partido Demócrata local, vaya a dar marcha atrás en su posición en contra de esta política indignante. Es más, mientras más tiempo la mantenga, mayor será el número de los que están de acuerdo con él. Y si continúa recibiendo la publicidad y el reconocimiento que tiene ahora --y se merece--, no se sorprendan si lo ven como candidato a un cargo político en 2008. Posiblemente una de los tres curules congresionales que actualmente ocupan en el Sur de la Florida los hermanos Díaz Balart o Ileana Ros Lehtinen.

Pero hay más en este rompecabezas, y tiene que ver con el Partido Demócrata y su actitud en Washington, DC. Durante años se ha dicho que es imposible cambiar la política hacia Cuba con un congreso dominado por los republicanos. Pero eso cambió en noviembre del año pasado, cuando los demócratas obtuvieron el control del Senado y de la Cámara de Representantes.

Este fue el año en el que los demócratas al menos eliminarían las restricciones a los viajes familiares y el envío de remesas a Cuba, aunque fuera por la razón de que es un derecho y lo más norteamericano que se puede hacer. A la altura del medio año, esta posibilidad no parece cercana. Y si las cosas no han cambiado en 2007, con un año de elecciones presidenciales en 2008 la experiencia del pasado muestra que el año próximo será aún más difícil.

¿Permitiremos que esto suceda?

Esa es la razón por la que felicito a demócratas como Joe García. Él ha mostrado el valor y la convicción de hacer lo que considera correcto. Y debe beneficiarse por ello.

En otro frente, en nuestra reciente campaña obtuvimos más de 12 000 firmas a favor del proyecto de ley Delahunt-LaHood (HR 757) que elimina las restricciones a los viajes familiares y de las remesas a Cuba. Esto fue logrado en un plazo de seis semanas. Los formularios de la petición siguen llegando. Una mayoría de los firmantes son cubano-americanos. Con todos estos nombres y direcciones que demuestran el descontento con la política de viajes familiares a Cuba, y si el Congreso siguiera sin hacer nada este año, nuestra única opción puede que sea pedir a estas personas que demuestren a los contendientes presidenciales como se gana --y se pierde-- una elección en la Florida.

Recuerden, a pesar de que fue un robo, la elección presidencial en la Florida fue ganada por solo 537 votos.

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