miércoles, marzo 14, 2007

Ayer, en San Brendan

Ayer, en San Brendan
Por Yndamiro Restano
En la noche de ayer martes, 13 de marzo del presente año 2007, se celebró en la iglesia de San Brendan, situada en el sur de Miami, una misa y un acto cultural para rendir homenaje a José Antonio Echeverría y a todos los mártires del 13 de marzo. Esta emotiva recordación fue organizada por la hermana del dirigente estudiantil cubano, así como por otros familiares y amigos del héroe revolucionario. En nuestra patria, también, los revolucionarios junto a todo nuestro pueblo, recordaron con solemnidad la caída en combate de José Antonio y la gloriosa acción del ataque a la guarida del tirano Batista. Esto, adquiere, una gran importancia en este momento de renovación revolucionaria que vive nuestra nación. Primero, porque la Revolución Cubana es una sola. Los revolucionarios cubanos no tenemos más que una Revolución: la Cubana; la Martiana; la que con su resistencia posibilita y así lo demuestra la historia actual, la liberación de nuestra Patria Grande Iberoamericana.
Ayer, la iglesia de San Brendan y el salón de acto; donde se desarrolló el emotivo homenaje, fue abarrotado por los cubanos. En este Miami, donde los dominadores batistianos y los cipayos a su servicio; no movilizan más de 50 personas para sus actos politiqueros. En este mundo extravagantemente deformado por el odio; se movilizaron para esta actividad algo más de mil compatriotas. Obviamente, esto significa que el discurso revolucionario martiano es el que conmueve a nuestra nación; es el que brota como una enorme rosa blanca de cada corazón cubano. Especialmente, porque la Revolución Cubana es una Revolución del Corazón; es una Revolución de la Libertad; es una Revolución de la Justicia; es una Revolución del Amor. La Revolución Cubana no nace del culto a un partido ni a un hombre sino que adquiere dimensión filosófica en el proyecto ciclópeo de Martí de llevar el amor al poder y de encarar la contradicción fundamenteal de la historia; la que tiene lugar entre la racionalidad del amor creativo y el ejercicio represivo del poder. La República Martiana, el epicentro del imaginario cubano, es el intento de convertir esta contradicción antagónica y aparentemente irreconcilable; en dialéctica fecunda. No, por supuesto, de resolverla absolutamente; pues sería, entonces, una fantasía. Pero lo que es perfectamente realizable, es negar dialecticamente el poder desde la conciencia crítica del amor.
Ayer, en San Brendan, las cenizas de los héroes volvieron a sentir el fuego creativo de nuestra nación. Así como, también, ocurrió en nuestra amada patria, con la celebración de actos y marchas multitudinarias. Allí en nuestra Cuba épica, elegiaca, donde los revolucionarios, han mantenido heroicamente nuestra independencia nacional y han hecho de nuestro pueblo ; un paradigma de resistencia y emancipación. Porque volvemos a repetir: Hay una sola Revolución. Y, además, muy importante; la garantía de la Revolución es la Unidad, es la unión plural de todos los revolucionarios. Pues, tampoco, podemos ser ingenuos y dejarnos llevar por el divide y venceras maquiavélico. Si los revolucionarios nos dividimos y el poder revolucionario se derrumba. Tendrán que volver a inmolarse nuevos Manzanitas. Sin embargo, si ajustamos el rumbo entre todos los revolucionarios hacía una Cuba con toda la libertad y toda la justicia; no dejaran de haber contradicciones, pero las podremos resolver con el diálogo fecundo dentro del pluralismo revolucionario. En las cuestiones de la patria, sólo pueden intervenir los que la amen; los que quieran sentir el calor de madre de sus brazos abiertos. Los que se venden y se disfrazan de revolucionarios; los que quieren unas cenizas frías de José Antonio y de los héroes; para manipularlas e ir detrás de ellas como Quinta Columna; esos los conocemos muy bien. Cuidado con los personeros de la republiqueta fantoche; que es la antítesis política de nuestra República Martiana. No los subestimemos. Aunque son una minoría, tienen poder, porque están respaldados por los círculos más reaccionarios de Estados Unidos y de Europa. No obstante, a estos patriotas de opereta, no los odiamos; nos dan pena. En principio, porque contamos con el apoyo del pueblo norteamericano y de todos los pueblos del mundo a quienes pertenece el futuro de libertad, justicia y armonía con el universo. Hay más flores que serpiente sobre la tierra; decía el Apóstol.
Por esta premisa de nuestro José Martí, ayer en San Brendan se sintió la luz cercana de la Tierra Prometida. Más allá de las manchas. Además, lo importante, es que comprobamos que muchos bondadosos compatriotas han compendido la inutilidad del odio. Sobre todo porque recordemos que el odio siempre va unido a la maldad. Por eso, los Buenos; los Grandes de Corazón; no odian. Hay que comprender; hay que perdonar y ser perdonados a la vez; hay que reencontrarse; porque la Revolución Cubana es una sola. Volvamos polvo el odio y dejemos hablar al corazón. La historia de una nación, es un libro intenso y difícil; que se puede interpretar con la inteligencia: pero que sólo se descifra con el corazón.
Ayer, en San Brendan, Manzanita y todos lo héroes de la patria; demostraron que viven cuando se disipan las nubes oscuras y que lo que ha muerto para siempre es la brutalidad y el batistato. Ahora, los cipayos no tienen más alternativa que disfrazarse de revolucionarios.
Miami, 14 de marzo del 2007.

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